La piel de nuestro rostro es la que más expuesta está a diversos agentes como la contaminación, el tabaco, el estrés, el paso de los años, etc. Si no la cuidamos, su aspecto se va deteriorando y pierde la frescura de la juventud. Tener una disciplina para cuidar y proteger nuestra piel de todos estos factores nos permite lucir más jóvenes. Por ello, sea cual sea tu tipo de piel su limpieza es indispensable, incluso antes de cualquier tratamiento facial  específico. Los resultados de cualquier tratamiento crecerán exponencialmente si antes hemos limpiado y preparado la piel.